Visitando proyectos de desarrollo rural

Publicado por Jesús María domingo, 1 de agosto de 2010

26 de julio de 2010


Descubrir que después de un año y que a pesar de haberme cambiado radicalmente el color de pelo (de rubio a moreno), las personas de un pueblo con las que apenas has pasado 8 horas siguen recordándote y se emocionan al verte… es la experiencia más extraña que he tenido en mi vida.
El día comenzó como de costumbre: desayuno y oración, con la diferencia de que íbamos a visitar una granja ecológica. De camino a la misma, descubrí que el lugar me sonaba especialmente… ¡era el mismo pueblo que el año pasado!
¡EL PUEBLO DONDE LAS MUJERES NOS DEJARON SUS SAREES!


Con lo que no contaba, de ninguna manera, era con que iba a ser reconocida por todas y cada una de las personas con las que estuve el año pasado. Entre gritos y sonrisas se acercaban todas las mujeres a abrazarme, a preguntarme por mis compañeros del pasado año (¡Sí chicos! ¡Os recuerdan!) y a enseñarme a sus hijos, comentándome mediante gestos (no hablan inglés la mayoría) que sí les recordaba y lo mucho que habían crecido.
Fui incapaz de contener las lagrimas… a lo que ellas me miraban curiosas y preguntaban a mis compañeras/os si estaba bien. Al comprobar que eran lágrimas de emoción se acercaron a abrazarme de nuevo.
Visitamos cultivos y nos mostraron algunos de sus animales. Después asistimos a una charla en la cual les informaban de las diferentes técnicas para trabajar la tierra y de las diferencias entre dos tipos de vacas, para lo cual nos “usó” de ejemplo ante la “sensibilidad” de estas vacas, al igual que nosotros, pues al sol nos ponemos rojos… Como podréis imaginar, las carcajadas por parte de la gente del pueblo fueron sonoras y nuestras caras de tontos también, al no entender qué estaban diciendo.
El momento sarees llegó, como era de esperar, intentando vestirme desde el primer minuto y a base de gestos e intentos de comunicación logré extenderlo a todas mis compañeras, las cuales se sentían como “muñecas” siendo vestidas por mil mujeres entre gritos y risas. Una gran experiencia… ¡otra vez!
Al llegar al Nest, nuestros compañeros (Paco y Gon) nos esperaban con un candado en nuestra puerta, como venganza, ya que les habíamos escondido los pijamas la noche anterior. Por lo que tuvimos que seguir diferentes pistas hasta encontrar la llave que nos abría la puerta, muy divertido, sin duda. Después de lo cual, tuvieron que marchar a Kerala, a realizar la “parte tecnológica” del proyecto. Les echaremos de menos.


27 de julio de 2010

Mañanita de talleres con las cuidadoras de los peques del nest (Alice, Anu y Savithri). La idea de hacer un cerdo con globos y papel de periódico era mucho mejor antes de empezar a hacerlo… ¡que taller tan lento! Sin embargo, la excusa del taller nos sirvió para reforzar lazos entre Svenja y Maria (las chicas voluntarias alemanas) y las cuidadoras con el Spanish Team. Entre manchones de pintura, canciones y bailes pasamos la mañana. Por la tarde, el apoyo con las tareas y ayudando a estudiar a los niños/as del Nest. Cenita y a dormir.